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Qué es y qué no es un dinosaurio
Con el término dinosaurio se denomina, en la actualidad, a todos aquellos reptiles que vivieron en el Mesozoico, eran terrestres y tenían las extremidades rectas, y no arqueadas hacia afuera como los cocodrilos y los lagartos. Según esta definición, quedan excluidos pterosaurios, reptiles voladores contemporáneos de los dinosaurios, y losplesiosaurios, los reptiles acuáticos que dominaron los mares de la época.
Se consideran dinosaurios no solo los reptiles terrestres gigantes, sino también otros de tamaño medio o a algunos que tenían el tamaño de una gallina. Se cree que, a diferencia del resto de los reptiles, los dinosaurios eran de sangre caliente, como las aves y los mamíferos. También se considera que algunos dinosaurios podrían tener plumas, aunque no  se sabe con certeza si recubrían todo su cuerpo o aparecían solo en algunas de sus partes.


LOS DINOSAURIOS

Los dinosaurios de los que existieron millares de especies, no vivieron todos en el mismo periodo geológico. Los científicos los dividen en dos órdenes: los ornitisquios reptiles herbívoros bípedos son cuadrúpedos que poseian a la vez pico y dientes y tenían pelvis semejantes a la de las aves, y los saurisquios , con pelvis de reptil, que comprendían a los terópodos, reptiles carnívoros de afilados dientes, con las patas delanteras relativamente cortas y terminadas en tres dedos con garras agudas, y los saurópodos, reptiles hervíboros cuadrúpedos de piel desnuda, cola larga, cabeza pequeña y talla gigantesca.





El cuadro  muestra los principales grupos de dinosaurios y las épocas en que vivieron

Dinosaurio proviene del griego demos (terrible) y sauros (lagarto).

La palabra dinosaurio, que significa literalmente «lagarto terrible», fue acuñada en 1 842 por el pionero de la paleontología Richard Owen, uno de los primeros buscadores de dinosaurios. Con esta palabra, Owen denominó a los reptiles gigantes cuyos restos comenzaron a descubrirse en aquella época. Pero el mérito de su hallazgo no correspondió a este científico, sino a un médico aficionado a la geología, Gideon Mantell, que fue quien descubrió los restos de un animal enorme, con grandes dientes que, según él, eran del mismo tipo que los de los reptiles actuales. Llamó a aquel animal Iguanodon, por su parecido con las iguanas modernas.
En su momento, el descubrimiento suscitó gran controversia, Algunos destacados paleontólogos, como Georges Cuvier, consideraban que se trataba de un rinoceronte prehistórico, y no de un tipo de reptil. Mantell tuvo que encontrar un esqueleto completo para que se aceptar a científicamente que se había descubierto un nuevo grupo de reptiles. Luego fueron localizados numerosos restos fósiles de estos reptiles en América del Norte. En la actualidad se sabe que los dinosaurios habitaron en todas las partes emergidas del mundo en el Mesozoico, incluso en la actual Antártida.
Los primeros dinosaurios eran bípedos y sus huellas fósiles fueron tomadas en principio como rastros de aves gigantescas.
Los dinosaurios de mayor tamaño eran mucho más grandes que cualquier animal terrestre de nuestros días. Los más pequeños, en cambio, no eran mucho más grandes que una gallina. Algunos eran pesados y de movimientos lentos; otros, ágiles y veloces.
Su pequeña cabeza dejaba poco espacio para el cerebro, por lo que éste era muy poco voluminoso.
El brontosaurio (lagarto trueno) pesaba 35 toneladas y tenía un cerebro de 500 g. El cráneo de muchos de ellos tenía paredes muy gruesas.
Los saurópodos llevaban una vida semiacuática, pues pasaban sus días en pantanos y lagunas: el agua les ayudaba a soportar su enorme peso.
El braquisaurio fue, sin duda, el mayor de los dinosaurios. Cuando adulto pesaba 50 toneladas y medía 25 metros de largo.
El diplodoco, un herbívoro menos pesado, era sin embargo más largo; llegaba a medir 30 m desde la cabeza hasta el extremo de la cola. Este dinosaurio, como varios otros, tenía en el nacimiento de la cola un ensanchamiento de la médula espinal, al que se atribuyó el papel de un “segundo cerebro”, y que controlaba los movimientos de la cola y de las patas. Esta disposición era muy útil para un animal de semejante tamaño. Supongamos que un dinosaurio carnívoro hubiera mordido la cola a un diplodoco: el mensaje de los nervios, desde la cola hasta el verdadero cerebro, y la respuesta de éste hubiesen exigido varios segundos durante los cuales el diplodoco habría sido, con seguridad, gravemente herido.
El estegosaurio, un herbívoro, tenía sobre el lomo y la cola una cresta de placas afiladas que lo protegían de los que querían atacarlo.
Algunos dinosaurios con cuernos, como el tricerstops, tenían placas óseas sobre el cuello y otros estaban verdaderamente acorazados con placas óseas que recubrían hasta sus patas.
El más grande de los dinosaurios carnívoros fue el tiranosaurio. Medía de 15 a 18 m de largo y su mandíbula presentaba dientes sumamente afilados.
El tracodón, un hervíboro inofensivo, era muy común al finalizar la Era de los reptiles. Algunos dinosaurios con pico de pato tenían sobre la cabeza una cresta de gran tamaño en la que podían almacenar aire, lo que les permitía permanecer sumergidos durante algún tiempo para alimentarse debajo del agua.
El ornitomimo tenía, dejando de lado su cola, formas semejantes a las del avestruz. Sin embargo, no tenía plumas. Las aves descienden de los reptiles, pero no de los dinosaurios.
Los dinosaurios ponían huevos. Se han hallado huevos fósiles delprotoceratops,(imagen) un pequeño dinosaurio con cuernos.



 Descubrir fósiles de dinosaurios no es sencillo: son realmente escasos. Con frecuencia además, se encuentran esqueletos muy fragmentados que requieren de una gran labor de reconstrucción. Solo de forma excepcional se han hallado esqueletos completos.
La información que proporcionan los fósiles de esqueletos se complementa con la de otros tipos de fósiles, como los coprolitos (excrementos fosilizados), huevos y nido completos y huellas de pisadas (denominadas icnitas). Estos fósiles aportan, fundamentalmente, información la vida y el comportamiento de los dinosaurios.
Las técnicas actuales permiten reconstruir con bastante precisión cómo serían los dinosaurios. Se utilizan maquetas y reconstrucciones informáticas con programas de diseño tridimensional. No obstante, hay aspectos que son, y seguirán siendo, hipotéticos: Por ejemplo los colores y las texturas de la piel.
Existe cierta polémica acerca de la extinción de los dinosaurios. Según una de las teorías propuestas, los dinosaurios se extinguieron lentamente como consecuencia de los cambios medioambientales ocasionados por la retirada de los mares poco profundos a finales de la era de los dinosaurios. Sus defensores postulan que los dinosaurios fueron reduciéndose en variedad y número durante un periodo que duró varios millones de años.
Los recientes descubrimientos que indican el impacto de un gran asteroide o cometa en el límite entre el periodo cretácico y la era terciaria, hace unos 65 millones de años, han favorecido la hipótesis de que tal impacto podía haber desencadenado cambios climáticos que provocaron la extinción de los dinosaurios. Se supone que la mayor parte del territorio que comprende América del Norte y del Sur quedó absolutamente devastado por el fuego del impacto. Los efectos medioambientales que sufrió el planeta durante un largo periodo de tiempo fueron, en última instancia, más letales que el propio fuego. El polvo no dejó pasar la luz del sol durante varios meses.
El sulfuro quemado procedente del lugar del impacto, el vapor de agua y el cloro de los océanos, y el nitrógeno del aire se mezclaron y produjeron una intensa lluvia ácida que cayó sobre todo el planeta. Los científicos postulan que la oscuridad y la lluvia ácida detuvieron el crecimiento de las plantas y, como resultado de ella, tanto los dinosaurios herbívoros, que dependían de las plantas para alimentarse, como los carnívoros, que se alimentaban de los herbívoros, quedaron exterminados.
Por otro lado, es probable que sobrevivieran otros animales como ranas, lagartos, tortugas y mamíferos insectívoros de tamaño pequeño, que dependían de los organismos que se alimentaban de plantas en descomposición. Entre las pruebas que confirman esta teoría está el descubrimiento de un cráter de impacto de unos 200 Km. de diámetro en la península de Yucatán en México. En noviembre de 1998 se descubrió un pequeño fragmento de meteorito en el Pacífico que se ha relacionado con el cráter de Chicxulub (en la península de Yucatán) y con la extinción de los dinosaurios.
El análisis geoquímico y petrográfico de este fragmento revela que no fue un cometa, sino un asteroide de más de 10 km de diámetro el que provocó, hace 65 millones de años, la desaparición de los dinosaurios. Este asteroide pudo provenir del cinturón de asteroides que giran entre las órbitas de Marte y Júpiter.

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